El surgimiento en las últimas décadas de la ropa barata producida en masa, conocida como la moda rápida, ha cambiado el lugar de la moda y las prendas en la vida cotidiana. A través de materiales baratas, la mayoría siendo sintéticos, y el (ab)uso de las fábricas explotativas, las marcas de moda rápida han conseguido redefinir el panorama de la moda. En cuanto algunos aspectos quizás haya beneficiado la clase obrera, tanto los trabajadores como los consumidores, su concepto está basado en cuestiones no éticas que frecuentemente empeoran las condiciones laborales y de vida. Uno de los problemas es el eco-colonialismo.
El eco-colonialismo, también conocido como el imperialismo medioambiental, se puede definir como las varias maneras en cómo las prácticas coloniales ecológicas afectan las vidas y hábitat natural de los pueblos indígenas. La urgencia actual de la crisis climática ha llevado a países desarrollados occidentales a consagrar la protección medioambiental e imponerla en el resto del mundo. En nombre de la sostenibilidad, civilización y conservación, los pueblos indígenas están siendo expulsados y negados una voz para que los occidentales puedan salvar unas especies.
En las últimas décadas, la mayoría de las decisiones sobre las políticas del cambio climático han sido tomadas por los países más ricos sin considerar a los demás. Unos cuantos líderes se han puesto de acuerdo en políticas que afectan cada país, pidiendo la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Por ejemplo, unos políticos decidieron en acciones sobre la destrucción de la selva amazónica sin la participación de algún líder de un país sudamericano. En cuanto teóricamente esas medidas han sido importantes y beneficiosos, no reconocen la realidad del cambio climático.
Asimismo, nuestra manera de combatir el cambio climático frecuentemente se decide a través del conocimiento occidental, ignorando los de otras culturas o pueblos indígenas. La ciencia ecológica es una disciplina académica con profundas raíces históricas. Los ecologistas han usado su acceso colonial a tierras para sus investigaciones. Los organismos y ecosistemas frecuentemente son conceptualizados sin considerar su pasado colonial, aunque aquellas historias de desigualdad tienen un gran papel en cómo nuestro planeta está organizado hoy en día. Se ha creado una visión eurocéntrica del mundo, y el conocimiento tiene autoridad sobre el conocimiento de los dueños de la tierra.
Los países ricos, cuya prosperidad y poder se han formado a través de la explotación de los recursos naturales, ahora piden cuentas a los países pobres con los mismos estándares. Los países más desarrollados aún dependen de la explotación de los recursos naturales de otros países para su riqueza. En el caso de la moda, es por el uso del trabajo y textiles hechos en lugares como China y Bangladesh. Entonces lo que se considera las emisiones de esos países se puede también considerar en parte como las emisiones de otros, desplazando su consumo. Usando los mismos estándares llega a ser poco ética ya que permite mantener ese sistema de poder.
En cuanto aumenta la demanda por la moda rápida, también aumenta la cantidad de presión en aquellas fábricas. Los tóxicos tintes químicos y materiales como el poliéster, derivado del petróleo, son usados a menudo como una opción económica, contaminando los ríos cercanos y consecuentemente afectando la salud de aquella población. La producción textil es actualmente considerada una de los mayores contaminantes, resultando en 1,2 mil millones de emisiones de gases de efecto invernadero anualmente (UN Climate Change, 2018). Frecuentemente se oculta esta información con campañas de ecoblanqueo que fomentan una imagen más sostenible y admirable de la marca, desvinculando al consumidor de la realidad. El empeoramiento del cambio climático sigue afectando más a los países pobres, ya que no tienen los recursos para desarrollar acciones apropiadas. Como consecuencia, no solo se ha severamente contaminado Bangladesh, sino también está corriendo un riesgo cada vez mayor de sufrir fuertes inundaciones debido al aumento del nivel del mar.
Bibliografía:
Bramwell, L. (2021, March 7). Eco-colonialism: How Bangladesh is burdened by the impacts of fast fashion. The Meridian. https://meridian-magazine.com/ecocolonialism-fast-fashion-in-bangladesh/.
Meadows , B. (2020, April 26). Why is fast fashion a feminist issue? XR NL Fashion Action. https://www.xrnlfashionaction.net/news/why-is-fast-fashion-a-feminist-issue.
Chatterjee, N. (2017). Critiquing Colonialism: An Ecocritical Reading of Oodgeroo’s We Are Going. The Criterion: An International Journal in English, 8(II).
Trisos, C. H., Auerbach, J., & Katti, M. (2021, May 24). Decoloniality and ANTI-OPPRESSIVE practices for a more ETHICAL ECOLOGY. Nature News. https://www.nature.com/articles/s41559-021-01460-w.
BadEmpanada. (2020, July 18). The environmentalist colonial gaze | badempanada. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=yhylNGKpLjE.
Comentários