¿Eres uno de aquellos que considera a la industria textil como una de las más
contaminantes? Aunque no hay datos concretos sobre las emisiones totales que genera a
nivel mundial, se puede decir que es una de las industrias más consumidoras de recursos,
tanto naturales como humanos (Wicker, 2017). La moda rápida está empeorando este
problema: no solo se compra más sino que se desecha más como consecuencia (The
World Bank, 2019).
Como ya sabrás, la fuerza motriz del cambio climático es el exceso de gases de efecto
invernadero, entre ellos el dióxido de carbono (Athenas, 2021). El enorme uso de agua,
químicos y energía como el combustible y la electricidad a lo largo del ciclo de vida de los
productos resulta en altas emisiones de estos gases. Sumado a la gran cantidad de residuos generados, la industria está causando un efecto significativo en el medio ambiente.
El primer paso en busca de una solución es considerar la sustentabilidad a lo largo del ciclo
de vida de los productos. Para identificar los impactos ambientales significativos, detectar
riesgos y oportunidades, proponer soluciones y garantizar una mejora continua de los
resultados, se tiene que realizar un análisis de ciclo de vida de los productos. Los datos
recopilados deben ser compartidos entre los consumidores y las empresas, como un
esfuerzo hacia la transparencia. También es crucial la tecnología, la investigación, las
regulaciones y las acciones políticas. La mayoría de las personas entienden la importancia
del rol del gobierno, las ONG y las empresas mundiales pero pocos son conscientes del rol
de las bases.
Sin duda las pequeñas y medianas empresas (PYME) representan un porcentaje
significativo de la industria textil y de la moda. Es importante reconocer y apoyar su labor.
Ellos podrían aumentar la eficiencia de sus procesos al aplicar prácticas para ahorrar
recursos como la energía, el agua y las materias primas. Todos estos pequeños esfuerzos
pueden generar en conjunto gigantescos cambios.
Además, las comunidades locales son fundamentales para apoyar los cambios en el
comportamiento del consumidor, capacitando a través de educadores, campañas
educativas, periodistas y académicos. Pueden promover acciones para, en primer lugar,
evitar la generación de residuos y luego reducir las cantidades generadas. Además, en
orden de prioridad: recuperar/reciclar, tratar y por último, disponer los residuos generados
mejorando la eficiencia del proceso y del negocio. Por ejemplo, pueden promover la
compra de ropa de segunda mano.
Con respecto a las comunidades indígenas, al tener una fuerte conexión con los recursos
naturales que las rodean, se puede aprender de sus prácticas que respetan el medio
ambiente mientras satisfacen sus necesidades. Una de las mayores diferencias con la
moda rápida es que las comunidades satisfacen una necesidad, no una demanda, como
resultado producen menos, nunca consumiendo más de lo necesario. Se puede usar la
tecnología y las herramientas digitales para promover el desarrollo económico y liberar el
potencial de las comunidades indígenas para competir en los mercados globales.
El futuro será desalentador a menos que la industria textil y de la moda construyan un
sistema circular con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Para lograrlo, todos
deben estar incluidos, cada parte interesada tiene que trabajar para fortalecer la
cooperación.
Referencias:
Alden Wicker. (2017). We have no idea how bad fashion actually is for the environment. Racked. https://www.racked.com/2017/3/15/14842476/fashion-climate-change-environment-pollution
How much do our wardrobes cost to the environment? The World Bank. (2019)
https://www.worldbank.org/en/news/feature/2019/09/23/costo-moda-medio-ambiente
Why focus on climate change? Athenas. Accessed on 4 July 2021.
https://athenas.ksu.edu/climate-change/why-focus-on-climate-change#professional-development-for-educators
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